Miguel Ángel Trabado Consultor y formador de Transformación Digital, inteligencia artificial y Marketing. Top 5 Marketing Professors on Twitter. Autor del libro Transformación Digital de Anaya. El periodista holandés Alexander Klöpping demostró unas gafas con inteligencia artificial que revelaban al instante los nombres, profesiones y detalles personales de las personas en las calles de Ámsterdam. Lo que parecía una escena de ciencia ficción se convirtió en una demostración real del poder y también de los peligros de la tecnología actual. Estas gafas están equipadas con una cámara integrada y conectadas a un modelo de visión por computadora con capacidades de reconocimiento facial. En tiempo real, el sistema escanea los rostros de los transeúntes y los compara con bases de datos públicas disponibles en internet: redes sociales como LinkedIn o Instagram e incluso registros públicos. Gracias a los algoritmos de aprendizaje profundo, las gafas pueden identificar rasgos faciales clave, convertirlos en una firma biométrica y, en segundos, emparejarlos con perfiles digitales. Nombre. Trabajo. Ciudad. A veces, incluso la universidad donde estudiaste. No fue necesario ningún software militar ni acceso a bases de datos policiales. Se trata de tecnología off-the-shelf, es decir, herramientas accesibles para cualquier usuario. Este experimento, más allá de ser una curiosidad, expone una realidad inquietante: ya no se trata de si esta tecnología se usará, sino de quién decidirá cómo y para qué usarla.

Miguel Ángel Trabado

Consultor y formador de Transformación Digital, inteligencia artificial y Marketing. Top 5 Marketing Professors on Twitter. Autor del libro Transformación Digital de Anaya.

El periodista holandés Alexander Klöpping demostró unas gafas con inteligencia artificial que revelaban al instante los nombres, profesiones y detalles personales de las personas en las calles de Ámsterdam.

Lo que parecía una escena de ciencia ficción se convirtió en una demostración real del poder y también de los peligros de la tecnología actual.

Estas gafas están equipadas con una cámara integrada y conectadas a un modelo de visión por computadora con capacidades de reconocimiento facial.

En tiempo real, el sistema escanea los rostros de los transeúntes y los compara con bases de datos públicas disponibles en internet: redes sociales como LinkedIn o Instagram e incluso registros públicos.

Gracias a los algoritmos de aprendizaje profundo, las gafas pueden identificar rasgos faciales clave, convertirlos en una firma biométrica y, en segundos, emparejarlos con perfiles digitales. Nombre. Trabajo. Ciudad. A veces, incluso la universidad donde estudiaste.

No fue necesario ningún software militar ni acceso a bases de datos policiales. Se trata de tecnología off-the-shelf, es decir, herramientas accesibles para cualquier usuario.

Este experimento, más allá de ser una curiosidad, expone una realidad inquietante: ya no se trata de si esta tecnología se usará, sino de quién decidirá cómo y para qué usarla.

 

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