Meter en la maleta una botella de agua al volver de vacaciones o de un congreso y llevarla a un museo. O en la mochila, llena o vacía, si el viaje es en avión. Es lo que propone el Museu de l’Aigua de Lleida, que así ya ha conseguido 3.100 botellas. Han llegado de Australia, Sudáfrica, Sri Lanka, Chile, las islas Fiyi, los Emiratos Árabes Unidos, Líbano, Panamá, Corea del Sur o Costa de Marfil, entre otros lugares.
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