Hace dos madrugadas, una enorme bola de fuego cruzó Catalunya de sur a norte, fragmentándose con un estruendo que se oyó en Vic, Manresa y alrededores. La irrupción del bólido fue captada por las cámaras de observatorios catalanes como el de Pujalt, el Montsec y el Montseny. Aparentemente, se trataba de uno de tantos astros que topan con la atmósfera terrestre y se evaporan con un escándalo incandescente. Sin embargo, tras varias medidas y cálculos por los astrónomos de los observatorios, es muy probable que algunos fragmentos del bólido hayan tocado tierra sin desintegrarse, convirtiéndose así en meteoritos con gran valor científico, según informa a La Vanguardia Josep Maria Trigo, jefe del grupo de bólidos y meteoritos del Institut d’Estudis Espacials de Catalunya (IEEC) y el Instituto de Ciencias del Espacio (ICE-CSIC)
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