Ramon Cornellana manifiesta desolado que cierra precipitadamente una etapa de tres generaciones de pastores de oveja xisqueta a causa del ataque de un oso a su rebaño, la semana pasada, en la montaña de Juverri, en Farrera (Pallars Sobirà). El plantígrado provocó la muerte de cinco de sus animales y la desaparición de idéntico número. Esta es la primera agresión registrada en Farrera y reabre el debate sobre la convivencia entre la ganadería y los úrsidos en los Pirineos. Desde su reintroducción, en la década de los noventa, la población actual se eleva a unos 70, de los cuales 38 en Catalunya.
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